El Dr. Fernando Lolas, psiquiatra, miembro de Número de la Academia Chilena de la Lengua y correspondiente de la Real Academia Española, conversa sobre Bioética, salud mental, nuevas tecnologías, el poder del lenguaje, el sentido de la vida en la vejez y la soledad, además de la humanización de la Medicina en esta nueva entrega de La Mirada ASISA.

Cuando se habla de salud mental con los profesionales normalmente uno termina refiriéndose a enfermedades. Pero para el Dr. Fernando Lolas, la salud mental se define como “la perfección, el florecimiento individual de las personas. La salud mental es un estado de capacidad de las personas de afrontar las dificultades de la vida, además de saber que uno va a poder afrontar lo que venga con una cierta capacidad para desarrollar las potencialidades que tiene toda persona, dependiendo de los recursos que tenga cada uno”.

“Es decir, la salud no depende ni del Estado ni del mercado, que son dos grandes fuerzas que moldean los servicios. Cada persona debe hacerse responsable de su propia salud”, afirma el psiquiatra y añade que “el futuro que nos aguarda es lograr que la gente entienda eso, que cada uno es responsable de su propia salud, usando prudente y adecuadamente los recursos que vienen del Estado o del mercado”.

Preguntado sobre los límites de la psiquiatría, que pueden llevar a la estigmatización de los pacientes, cree que es importante tener en cuenta el lenguaje “porque es un gran delimitador de condiciones” y por eso es importante “la forma en la que los profesionales sanitarios y las personas en general usan las palabras. Hay palabras que son curativas. Las palabras bellas curan siempre cuando están bien dichas y dichas oportunamente. Entonces, es importante el saber exactamente qué decir, cómo decirlo y cuándo decirlo”.

Colaborando con la Organización Panamericana de la Salud el especialista en Bioética ha trabajado sobre el concepto denominado salud global “como forma de romper inequidades o de tecnología sanitaria, y también como la forma de equilibrio entre los sistemas sanitarios públicos y el mercado para conseguir unos mayores niveles de salud y de satisfacción”. Aunque hay una gran expectativa sobre este tema, “hoy en día consideramos la salud global en un contexto algo más realista y en vez de hablar de globalización, hablamos de localización. Hay que pensar globalmente pero actuar localmente”, afirma el psiquiatra.

Conversando sobre la Bioética, pone el foco sobre las nuevas tecnologías a las que no hay que ser ajenos y el Dr. Lolas cree que la IA “no es inteligencia, si no que repite sólamente el aspecto cognitivo más inferior de la inteligencia humana, y no es artificial porque depende absolutamente de ser alimentada”. Además, este tipo de tecnología tiene una serie de riesgos bioéticos, como la reproducción de sesgos, el olvidar a los pacientes por alimentar a la tecnología, etc. Para el experto en Bioética “las posibilidades de estas tecnologías son infinitas, pero también se ha producido una especie de expectativa que no está justificada en este momento por el estado actual de la tecnología que está detrás”.

Otros temas que también están de actualidad son la vejez, la soledad y el desarrollo de sistemas sanitarios sostenibles. Afirma que cómo tratamos a las personas a medida que envejecen es una aporía, es decir, un problema sin solución aparente. Antes los jóvenes cuidaban de los mayores como una especie de lealtad transgeneracional mientras que ahora se entiende que no existe este deber.

Todo esto lleva a otro tema relevante: la soledad. Aquí es donde hay que distinguir entre la soledad y la soledad no deseada, que produce ya una serie de trastornos, porque si alguien desea contacto y no lo tiene, es una pérdida. Y para el Dr. Lolas, no se trata de crear cualquier tipo de relación, “sino de relaciones significativas”, de confianza. Hoy en día se busca una burbuja social que piense como uno mismo, entonces “no se busca tanto enriquecer tu punto de vista, sino que te reafirmen en tu punto de vista, que te identifiquen, que pertenezcas a un grupo”, confirma.

Para terminar la conversación, el Dr. Lolas envía un mensaje optimista: “Podemos ser optimistas en la medida en que todas las personas puedan compartir. Compartir ideas que puedan de alguna manera contribuir a la convivencia”.

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